Rotterdam es una ciudad que fue devastada por los alemanes, forzando a los holandeses a rendirse, y que como consecuencia luce radicalmente diferente a la mayoría de ciudades holandesas. No tiene las típicas callecitas de nada, ni las casas de mentiras con escaleras empinadas 85 grados que tanto cautivan. Tiene en cambio muchos edificios grandes donde asumo, o quiero creer, vive la clase trabajadora porteña. Las caras tienen muchos colores, y las grúas del puerto se asoman tímidamente en un skyline atípico que le da mucho carácter a la ciudad.
El féstival de Rotterdam puede clasificar entre los cinco festivales de cine más grandes de Europa. Dicen que lo que de alguna forma lo hace diferente es que, muy de acuerdo con lo que yo considero el ethos holandés, evade las alfombras rojas y se concentra en poner en contacto al público y los realizadores. Quizá esto sea cierto porque yo, que nada tengo que ver con el cine, estuve a unos cuantos metros de un director de una peli que fui a ver, y hasta se intercambiaron un par de palabras con una actriz colombiana. También se tuvo el chance de coproducir una peli comprando una camiseta. Me pregunto si esto es una consecuencia del tamaño del festival, o es más bien una característica de diseño.
Por aquello de los trenes caros, sólo me vi dos películas. La primera fue "Los viajes del viento", de Ciro Guerra. Me gustó mucho, como se ha dicho ya muchas veces (con razón) tiene una fotografía muy bonita y sigue la tendencia de subir la vara "técnica" en el cine colombiano. Quizá lo más importante que tenga que decir es que la película me hizo acordar que ya había encontrado paz en la idea de que los costeños (y sus sombreros vueltiaos) merecen ser los representantes culturales de toda esa mezcolanza que es Colombia. Uno tendería a pensar por momentos que la película carece de ritmo, pero entonces uno se acuerda de cómo el tiempo se estira en la costa caribe colombiana, y le parece lo más natural del mundo. El Q&A con Ciro Guerra estuvo bastante informativo, impresiona a todo el mundo incluyendo los colombianos, el hecho de que todas las locaciones, que podrían parecer diferentes planetas de la guerra de las galaxias, están a tan sólo cuatro horas de distancia.
La otra película que vi fue "Los condenados", una película española que cuenta la historia de un exiliado que regresa a la Argentina a exhumar el cuerpo de un otrora compañero de lucha (armada). En general creo que la película pasa sin pena ni gloria, pero se le reconoce una interesante reflexión sobre la brecha generacional de la izquierda de los 70's y los hijos de esos revolucionarios, que miran con (o sin) nostalgia la vida de sus padres, y de alguna forma u otra deciden tomar una posición al respecto. La historia tiene un par de giros dramáticos inesperados.
Me hubiera gustado ver más películas. Aquí van los trailers...
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