El tercer reich - Bolaño vive

El tercer reich es la última novela de Roberto Bolaño, no es sin embargo la última en florecer de sus manos (¡de su mente!) y ha sido editada digamos, a escondidas del autor, que por estar muerto no ha podido impulsar o reprobar la publicación del manuscrito que data de finales de los años 80, y que por alguna razón que nadie conoce decidió refundir en un cajón para siempre. Así pues, el lanzamiento de la novela ha estado rodeado de una controversia, que no por vieja deja de ser animada: ¿Deben publicarse las cosas que aparecen después de la muerte de un autor?

Cuando me llegó el libro lo primero que hice fue buscar un prefacio, una explicación del editor, acaso una disculpa, o al menos una pequeña exposición de cómo se encontró el manuscrito y porqué se decidió llevarlo a los lectores. Nada, ninguna suerte de prólogo o prefacio, ni siquiera una nota en la solapa. Eso me molesto un poco, aunque debo decir que el tema está lejos de escandalizarme, y de cierta forma estoy de acuerdo con un tal José María Guelbenzu, quien dice que el escritor siempre puede quemar su obra si no quiera que nadie acceda a ella. Esto lo dice con respecto a Nabokov, pero también aplica para Cortazar y para Kafka, entre otros.

Según entiendo en el caso de Kafka, para Bolaño el más grande escritor del siglo XX, no tendríamos mayor obra de no ser por los oídos sordos de un señor que hizo caso omiso a su explícito deseo de quemar lo que éste había escrito. En el caso de Bolaño, quien sabía que iba a morir, se sabe que ya había dejado explícitas instrucciones para la publicación de 2666. De hecho, su voluntad inicial, según la cual debía publicarse en varios tomos espaciados en el tiempo fue quebrantada por su editor, quien decidió, acertadamente creo, publicar la novela completa y obviar las consideraciones económicas que motivaban a Bolaño a garantizar la comodidad de sus hijos publicando su novela en varias entregas. Así pues asumo que en algún momento el autor hubo de manifestar, por lo menos a grosso modo algunos lineamientos para lidiar con su obra no publicada.

Imagino que Bolaño no tenía idea del éxito que se le venía pierna arriba, aunque al leer 2666, llamada por algunos la primera obra maestra del siglo XXI, puede uno también pensar que sí sabía, que estaba muy consciente de que estaba escribiendo al lado de los grandes. Quiero creer que Bolaño de tener una tumba no estaría revolcandose en la misma en ocasión de la publicación de El tercer reich, y entendería la alegría de sus groupies, yo incluido, al ver que hay más Bolaño, a pesar de la muerte.

En una próxima entrada hablaré de la novela en sí. Se pude leer más sobre el hallazgo del manuscrito aquí y aquí.