Latin American Film Festival (LAFF) 2010

El festival de cine latinoamericano de Holanda no es en Amsterdam sino en Utrecht. Utrecht es una ciudad más pequeña, menos turística, y aparentaría también ser más auténtica, por aquello de no estar llena de turistas borrachos o experimentando por primera vez la marihuana de forma antinaturalmente pública y en la precariedad acentuada de su indefensión ante  las bicicletas asesinas. Amsterdam es a un europeo lo que Las vegas es a un gringo, y le queda a uno muy difícil imaginarse un festival de cine latinoamericano en Las Vegas. Hace cuatro años cuando fui por primera vez al festival me pareció bastante incómodo tener que tomar un tren y salir de la capital, pero con el tiempo es algo que he aprendido a hacer con gusto y finalmente apreciado. El festival tendría una personalidad muy distinta de no ser por ese filtro que implica tomar el tren (pagar el tren!) e irse un día entero a ver dos o tres películas, soportando los respectivos huecos entre películas cual universitario en campus. Es un trajín al que sólo alguien realmente interesado se le mide, especialmente si se añade que en los huecos se debe soportar también al compatriota que enfatiza su colombianidad bailando arrebatado en la tarima pública.

Este año no conocí ninguna personalidad, pero se vieron muy buenas pelis:



El vuelco del cangrejo fue mi película más esperada. Cerebro, el protagonista, es una celebridad en el parche sociobacán valluno, y Oscar Ruiz es el director con más futuro en la Caliwood revitalizada de los últimos años. No por nada: como dijo el mismo Oscar en una entrevista, presentar la opera prima en la Berlinale sólo pasa una vez en la vida. Así pues hay muchas razones de tipo sentimental amarradas a esta película, pero voy a tratar de hacer un juicio objetivo: es una buena película a pesar de ser bastante arriesgada. Arriesgada sobre todo por el asunto de los actores naturales. Lo más importante para mí es que de forma sutil pero decidida hay un mensaje de gran relevancia. El argumento de la película está directamente ligado a la conservación del ambiente y las preservación de ciertas maneras sostenibles heredades a través muchas generaciones, y que ahora se ven amenazadas por el expansionismo propio de los mercados. En Colombia se puede hacer cine, digamos, comprometido sin necesidad de recurrir al trillado personaje capo del narcotráfico.



Norteado retrata las aventuras de  un muchacho de Oaxaca que trata de cruzar la frontera hacia los estados unidos en repetidas ocasiones. En mexicano norteado significa perdido. En el proceso se enamorará y se cuestionará la decisión de cruzar. Ese cuestionamiento  sin embargo, pasa más en la mente del espectador que en la mente del protagonista. Es una película divertida y bien construída, con planos bonitos, cosas de autor y un mensaje político también. Me pregunto si llegará a estar en las salas de cine de Estados Unidos, bonito que la pasaran en Arizona. Norteado se ha llevado el premio más gordo del festival y lo considero bien merecido. Creo que fue la mejor de las que vi.




Los hijos de Cuba es un documental sobre una escuela de Boxeo en la Habana. La peli sigue a un grupo de niños que se preparan para un torneo nacional. El documental me puso al borde de las lagrimas, no porque los deportistas cubanos entrenen con las uñas siendo víctimas de un régimen etcétera; sino por el retrato transparente del espíritu deportivo en un niño, por la autenticidad del compañerismo entre esos niños y la relación paternal que tienen con su entrenador. Además de eso la película lo acerca a uno a lo que es cuba, esquivando de forma magistral la gigantesca trampa de la pornomiseria. La cinta se ganó el premio de la audiencia por mejor documental.

Los pecados de mi padre fue mostrada fuera de competencia. Ya la habían mostrado en el festival de internacional de documentales de Amsterdam [ ver promo del idfa], pero yo me quedé sin boleta y no la pude ver entonces. Siendo colombiano es fácil sentirse confrontado con el horror de la violencia que uno de niño vio y creyó normal. Más allá de eso no tengo mucho que decir, es una película dolorosa, porque al fin de cuentas la violencia continúa y el ejercicio de perdón que hace el hijo de Escobar es un ejercicio que en últimas tiene que hacer el país, cosa que no se ve en el horizonte. La cinta por ratos me pareció un legítimo ejercicio de exorcismo, a ratos me pareció un ejercicio completamente egoísta. En general, no me gusto.

Aquí van los trailers:




Notas al margen:

• Después de la primera jornada nos emborrachamos con un mexicano, tomamos mezcal (¿los suicidas?) y nos comimos los gusanos que vienen en el culo de la botella. También nos dimos cuenta que el tema principal de Norteado es señor tema.
• Existe una versión Colombiana de un tema muy famoso de los tigres del norte, el grupo colombiano se llama los tigres del sur.
• La próxima vez que vaya al valle voy a ir a La Barra, espero de todo corazón sea igual que antes de la peli.